miércoles, 28 de abril de 2010

¿A QUÉ COLEGIO LLEVAMOS AL NIÑO?




Madre y padre sentados en el salón de su casa.

Madre -Con los moros no.

Padre -Con los curas tampoco.

Madre -Vamos a ver, los dos sabemos como están los colegios públicos: chinos, moros, negros, rumanos... ¡Qué yo no soy racista! pero esta claro que el nivel educativo no es bueno.

Padre -Es mejor que caiga en manos de los curas. Le van a enseñar de todo, hasta prácticas de educación sexual con el padre Andrés en el confesionario.

Madre -No seas bestia, solo ha habido algunos casos de eso. Lo que pasa es que tú con tal de meterte con los curas...

Padre -No es solo que se follen a niños, es que no quiero que le laven la cabeza con Cristo y su puta madre.

Madre -No hables así.

Padre -¿Por qué? ¿Porque es una blasfemia? Eso es lo que no quiero, que mi hijo tenga las mismas limitaciones que yo, que tenga miedo de meterse con la Iglesia porque de pequeño le han lavado el cerebro.

Madre -Y dale con lo de lavarle el cerebro.

Padre -Es que es verdad. Tú fuiste a colegio de monjas y por eso nunca te cagas en Dios.

Madre -No me cago en Dios porque me parece de mala educación.

Padre -A mi me parece liberador ¡Me cagüen Dios, me cagüen Dios, me cagüen Dios! ¡¡¡Me cago en Dios y en las tetas de la virgen María para que el niño Jesús mame mierda!!!

Suena una música celestial, aparece Dios.

Dios: -Hola, soy Dios. Disculpad que os interrumpa pero no he podido evitar oír vuestra conversación. Ser omnipresente es lo que tiene.

Padre -Entonces... existes.

Madre -Ya te lo había dicho yo.

Dios -Ni sí, ni no, depende de lo que queráis creer.

Madre -Pero estás aquí.

Dios -Estoy aquí, allá... soy Mahoma, soy Buda, soy un río... Depende de lo que os queráis creer. Callad y dejad que os cuente lo que tengo que contaros.

Madre -Pero si estas aquí... entonces tenemos que llevar al niño al colegio de curas.

Dios -No exactamente, me explico...

Padre -O no, seguro que a Dios le parece muy mal lo que hacen los curas.

Dios -Yo no he venido aquí a juzgar, he venido a...

Madre -Como le va a parecer mal lo que hacen los curas. ¡Es Dios! Estará muy contento con como están las iglesias y...

Padre -No creo que le guste que todo ese oro este en manos de los curas y no de los pobres.

Madre -¡Es Dios! No puede tener una casa cutre.

Padre -Ahora Dios es un nuevo rico, tiene que tener una casa superguay y...

Suenan rayos, truenos y centellas, el Padre y la Madre se asustan.

Dios -¡Os podéis callar! Cada vez que vengo a la tierra lo mismo, no me escucha ni Dios. Todo el mundo decide lo que yo pienso o no ¡Dejadme hablar!

Padre -Vale

Madre -Vale, vale.

Dios -Os estaba oyendo y os quiero decir que no me mezcléis en vuestros rollos educativos. Es vuestro hijo, tendréis que decidir vosotros que educación le queréis dar, yo no pinto nada en todo esto.

Madre -Pero si existes, querrás que nuestro hijo tenga una educación religiosa.

Dios -A ver ¿os gusta esa religión? ¿la conocéis, la practicáis?

Madre -Sí, sí, sí.

Padre -No mientas, la última vez que fuimos a misa fue cuando se caso mi hermana.

Madre -Pero yo creo, yo creo en Dios.

Dios -Católica no practicante. ¿No?

Madre -Sí, no, bueno más o menos.

Dios -Bueno, si eso os parece bien, si eso es lo que vosotros habéis decidido para vuestra vida, educad así a vuestro hijo.

Padre -Pero ahora sabiendo que existes, lo suyo sería que...

Dios -¿Qué?

Padre -Que fuéramos más a misa.

Dios -Eso a mi me da igual, eso es cosa vuestra, lo importante es en lo que realmente creéis. Eso es lo que vuestro hijo va a ver cada día. El resto es secundario.

Padre -Pero ahora te hemos visto.

Dios -¿Y qué? Si mañana se os aparece otro Dios ¿os cambiaréis de un dios a otro como de Telefónica a Orange? Vamos a competir los dioses a ver cual hace la aparición más espectacular, como si fuésemos Madonna.

Padre -No entiendo nada.

Madre -Es Dios, y a Dios no se le entiende fácil ya se lo contaremos a un cura y nos explicará de que va todo esto.

Padre -Dios ¿una pregunta?

Dios -Dime.

Padre -¿Puedo grabarte con el móvil?

Dios -¿Para qué? ¿Para enseñárselo a Iker Jiménez? ¿Para vender estampitas con mi foto en la puerta? De verdad, no se para que me molesto en venir.

Música celestial de nuevo. Dios desaparece. El padre y la madre se quedan pensativos


Padre -Entonces ¿qué?

Madre -Esta claro que habrá que llevarlo al colegio de curas.

Padre -No ha dicho eso.

Madre -Como eres, se aparece Dios en tu casa y tu emperrado con tu ateismo.

Padre -Vamos a ver. Dios no nos ha dicho, específicamente, que lo llevemos al colegio de curas.

Madre -Pero tampoco vamos a llevarlo con los moros habiendo visto esto.

Pausa, los dos se quedan pensativos.

Padre -¿Cual nos pilla más cerca de casa?

martes, 27 de abril de 2010

propuesta concretísima para empezar a trabajar

Ayer se me ocurrió algo, a raiz de una conversación ayer con Iván y de lo que dijo Gonza el otro día sobre las familias no sanguineas como la de ella y yo, o sea la familia Factoría. Y de nuevo tiene que ver con el método para abordar el trabajo, sé que soy el pesado del SISTEMA, pero no sé por qué este proyecto nuestro de la FAMILIA me interesa tanto por el tema que queremos abordar como por la forma de abordarlo. Pues bién, allá va la propuesta. Atentos, que tiene su miga (estoy aprendiendo de Artur a presentar las ideas).
Primero me desdigo, ya veis que coherente soy, el otro día en el ensayo dije que teníamos que encontrar una clave para ir dando con los contenidos. Pues a la mierda con los contenidos. Trabajemos desde la forma, desde la pura y simple forma y ya veremos qué contenidos aparecen, pero creeemos primero el contenedor. Me explico: CONSTRUYAMOS UNA FAMILIA, CREEMOS/RECREEMOS NUESTRA PROPIA FAMILIA con el equipo humano que somos, desde el elenco, y pongamosla a funcionar a ver qué pasa. Como si fuéramos el doctor Frankestein , pero nuestra criatura es un ORGANISMO FAMILIA. Como en un laboratorio, como esos experimentos que hacíamos en ciencias naturales en el colegio: un algodón, una judía dentro, un vaso de agua y a ver qué germina.
Me explico mas: que la primera premisa sea el reparto, asignemos a cada intérprete un rol/personaje familiar, agitemos la mezcla y a ver qué pasa con NUESTRA GENUINA Y AUTÉNTICA FALSA FAMILIA cuando la pongamnos a funcionar, pero con los miembros ya asignados. Repartamos YA los papeles (padre, madre, hijos, tios, abuelos),yo de hecho ya tengo un reparto pensado que si os interesa mi propuesta os lo digo (incluye a Gonza). Parece una tonteria , pero no lo es, pensadlo un momento: partamos del personaje 0, sin texto y en principio sin personalidad definida, sin historia, sin CONTENIDO, lo único que sabemos es que es MIEMBRO DETERMINADO de la FAMILIA FACTORÍA. Al fin y la cabo en nuestras charlas mas de una vez hemos dicho que la familia es superteatral porque desde que naces está el reparto hecho y los personajes asignados, pues bién creemos teatralmente y artificialmente nuestra propia familia y que se ponga a vivir.
Que se desarrolle organicamente: QUE LA HISTORIA SURJA DESDE LOS PERSONAJES Y NO LOS PERSONAJES DESDE LA HISTORIA, al fin y al cabo lo único que tenemos claro es que queremos hablar de la familia , pues creemos lo primero la familia. Ya vereís , haceros en la cabeza un reparto y ... ¿a qué es estimulante y la imaginación vuela? Hasta podemos probar a hacernos todos nuestro propio reparto y ponerlo en común en el próximo ensayo a ver qué sale, seguro que hay sorpresas, tanto en las coincidencias como en las diferencias.
Y una vez creada la familia vayamos insuflándole vida poco a poco, en las improvisaciones, al principio podemos probar situaciones familiares muy básicas, normales y corrientes, de vida diaria, muy familiar todo, y que se vaya complicando, pero sin forzar, a medida que los personajes vayan gananado en entidad y complejidad, y sobre todo a medida que las relaciones, los vínculos vayan generándose. O sea, a base de sazonar, de salpimentar, pero que los ingredientes seamos nosotros y nuestros personajes.
Lo que os propongo es como el colmo del actor, la paradoja del comendiante: CREAMONOS DE VERDAD QUE AL MENOS DURANTE LAS HORAS QUE DURA EL ENSAYO SILVIA, VICKY, CHENDO, IVAN, GONZA Y SALVA SON FAMILIA, eso es lo único que de momento tenemos, LA FAMILIA, UNA, LA NUESTRA, O SEA NOSOTROS, FORMADA POR NOSOTROS... y lo demás ya irá viniendo, de hecho esta propuesta no invalida ni anula nada de lo que ya tenemos para trabajar porque creado el CONTENEDOR FAMILIA cabe cualquier contenido, pero creo que es importante tener una base y qué mejor base que HACER NACER YA NUESTRA FAMILIA.
Dadle una vuelta, no desecheis la idea a la primera, intentad entender la propuesta y su alcance, no está hecha al pedo o como una simple ocurrencia, de verdad, pretende ser algo mas , aunque no sé si la he explicado bién, pendsad en su potencial de laboratorio de investigación actoral, y sobre todo haceros vuestro propio reparto, ya veréis. A primera vista puede parecer que nos cierra posibilidades, pero yo creo que pondría en marcha el engranaje desde ya.

jueves, 22 de abril de 2010

Una familia argentina


Hola de nuevo!!


Mi amigo Mauro (Argentina, 26 años, el de la derecha), ha decidido poner un granito de arena en el blog y hablarnos de lo que para él significa la familia y lo que siente al estar tan alejado de ella.

Aqui os dejo sus impresiones:
Comenzare con la siguiente pregunta: De que tipo de familia hablaremos? Es difícil hablar una sola familia, pensar que una familia rica, que vive en un barrio cerrado con custodia, que envía a sus hijos a un colegio ingles puede tener mucho en común con otra familia que, a pocos metros, al otro lado de la autopista vive en una villa de emergencia, en una casa precaria de madera, en la que se hacinan en una sola habitación 10 personas, con hijos que deben ir a trabajar desde pequeños.
A veces resulta un poco difícil poder transmitir una "fotografía" de la familia en tiempos de cambios tan vertiginosos, pero bueno comenzare contando sobre la mía propiamente...
Me llamo Mauro, y provengo de una familia Argentina conformada por 4 personas, mis padres, mi hermano y yo.
Siempre tuve una relación muy apegada con mis padres, de muchísima confianza y compañerismo, salvo cuando no quería ayudar a mi papa a lavar el coche, o cuando no quería ayudar a mi mama a limpiar mi habitación, pero son pequeños detalles, claro que para mi pequeños, para ellos eran grandes detalles!!! Era una dar y recibir, yo te dejo ir a bailar o te doy dinero si me ayudas con esto, esto y esto..., podrán imaginarse que ante mi vagancia típica de la edad, prefería ser castigado antes que colaborar con mi familia. En fin detalles de convivencia; un poco rebelde de niño!
Hace 6 años que estoy viviendo fuera de Buenos Aires, no por necesidad sino por decisión propia. Realmente el primer tiempo no fue tan complicado ya que todo para mi era una diversión y un mundo nuevo a explorar, creo que para mi familia si lo fue y mucho... nunca dejaron de sufrir el que yo viva lejos de ellos. Después de todo este tiempo alejado de ellos físicamente pero no intelectualmente, me he replanteado muchas cosas, a pesar de haber tenido la posibilidad de visitarlos cada año, el sentimiento y la distancia cada vez se hacen mas pesados, a mi cada vez me cuesta mas el ir y el venir, y esta ultima visita que hice a mi tierra fue especialmente emotiva para mi. Entre trabajo y vacaciones me pase casi 3 meses con ellos. En esos meses empecé a sentir cosas muy fuertes, que me hacen pensar en la posibilidad de volver a vivir juntos a ellos, no con ellos ya que me gustaría vivir solo y la convivencia no es de lo mejor cuando uno va creciendo y quiere su intimidad jeje, pero eso es un capitulo aparte, pero si junto a ellos en la misma ciudad, tenerlos cerca nuevamente.
Para resumir el concepto yo creo que la familia es un mal necesario jejejje, me refiero que uno no la elige, pero sabemos que siempre están y podemos contar con ellos para lo que sea, por lo menos en mi caso. Tanto como ellos esperan de mi lo mejor y saben que yo estoy y estaré siempre.
Mauro


PADRES FORZOSOS (una familia atípica: el padre viudo, tres hijas pequeñas, el tío y un amigo...y todos tan contentos!)

¿Qué queremos contar en este espectáculo?

Hola, Chicos, perdonen el retraso.

¿Qué quiero contar de la familia?¿Qué me interesaría contar de la familia?¿De qué quiero hablar? Para mi, como os dije en la anterior reunión, no es nada concreto y me resulta "dificil" contestar a esto.Me gustaría contarlo todo y a la vez nada en concreto.Evidentemente, no caer en los tópicos de los "buenos" y los "malos" que siempre hay en cada familia, ó en la patología de "familias funcionales" y "familias disfuncionales".Esto no nos llevaria a ningún sitio y generalmente nadie se puede identificar con las generalidades ni con los estereotipos.Me gustaría contar las losas que cada uno de nosotros llevamos encima de nosotros, el rol que nos pesa dentro de la familia.Lo incómodo y cómodo que puede llegar a resultarte ser el fuerte de la familia, el loco de la familia, el blandengue, el raro, el entregado, el ojito derecho, la oveja negra...siempre con el lado positivo y negativo que todo tiene.Porque todo tiene su lado bueno y su lado malo.Ser todas estas cosas te enseñan algo, fuera y dentro de tu familia.Ser el loco, por ejemplo, te perjudica a la hora de no estar tan integrado en tu familia, sin embargo te deja más libertad por otro lado para ser tú.Me parecería interesante también, ver como CADA MIEMBRO DE UNA FAMILIA enfoca y entiende los derechos y los deberes para con la familia, las necesidades de cada uno respecto a esta, lo que esperan respecto a esta, como responden ante las expectativas que la familia espera de ti, como cada uno vive y entiende el respeto, la verguenza, los reproches, las culpas, el amor, el odio, los intereses, dentro de ésta.

Reflejar lo que hemos ido viendo a esta hora, lo bueno y lo malo, lo sano y lo insano.¿Sabéis?últimamente, observo en mi entorno (en mi grupo de amigos íntimos) cómo les han perjudicado ó beneficiado sus familias a la hora de enfrentarse a sus vidas como adultos.Me gustaría que en la obra se tratase las dificultades ó las facilidades que tenemos como adultos tras haber vivido en una familia u otra.Estás hablando de la familia evidentemente, pero desde otro lado muy distinto.Desde el lado de : "Mira lo que ha hecho mi familia de mi, tanto para bien, como para mal".Los hay que se convierten en unos descuidados y egoístas por no haber recibido el suficiente calor en su seno familiar, los que no valoran a otras "pequeñas familias" fueras de la suya propia, por la sencilla razón de que tampoco nunca se han sentido valorados en la de "verdad".Los que fueron tratados como adultos cuando eran niños y se vieron con una madurez temprana que para lo único que les ha valido, es para enfrentarse con centenares de miedos e inseguridades irracionales en su vida como adultos, pero sin embargo luchan con fuerza y tesón para sobrevivir.Aquellos que vivieron arropados, mimados y queridos y que hoy en dia son personas más sanas y con una visión de la vida más optimista y hermosa.Esa protección y ese amor les ayudó a sentirla así.Aquellos sobreprotegidos y castrados que aún a dia de hoy siguen sin las herramientas básicas para enfrentarse a las cosas.Aquellos que a un dia de hoy siguen reprochando y culpando a la familia de todo, aquellos que no entienden a sus familias o aquellos que entienden perfectamente una vida sin ellos.Otros que sintieron desde que nacieron una presión absorbente que les llevó a odiarse a sí mismos por no conseguir lo que su familia esperaba de ellos.Todo se basa en el recuerdo y en el sentir del "cómo nos han tratado".Eso es lo que nos llevamos.

Y sí, sería interesante ver a un grupo de personas hablando con emoción, con rencor, con cariño, con odio, con comicidad, con drama de lo que fueron y son dentro de sus familias.De su pasado y de su presente.De lo que les ha valido para el camino y lo que no.Y con otras pequeñas familias aparte, claro.

Por qué la familia

La familia es principio. Más tarde, quizá sea también el final, pero no es seguro. La mayor parte de las vidas humanas giran alrededor de la familia. De la familia y del trabajo. Hablar de una familia es hablar de cómo funciona la sociedad. Su funcionamiento depende mucho de las características sociales que la circundan, y por lo tanto, funcionará como reflejo de ellas. Las herramientas para funcionar en sociedad tienen mucho que ver con la interacción que hayamos realizado en el seno familiar. Ahora mismo, los valores familiares se encuentran en crisis. Actualmente nuestra sociedad se pregunta cuál es el siguiente paso a dar, se replantea cuál es el rol a seguir, los “grandes” valores económicos y políticos arden en el panorama mundial y las cenizas que caen sobre nosotros no nos permiten ver más allá de la cuenta del gas. Hace falta un nuevo modelo social, del que incansablemente hablan políticos e intelectuales, pero al mismo tiempo que se habla sobre el cambio, el devenir de las cosas sigue siendo el mismo y la decepción se hace más profunda. El espejo de la realidad se ha quebrado y por el momento nadie está por recoger los trozos. Algo así como que se ha muerto el abuelo y todos hacen como que no se han dado cuenta. Eso me interesa. El silencio frente a la decepción. El no querer darse cuenta. La no-aceptación de la muerte. La negación del cambio en el propio motor de la vida. La educación obsoleta. Ni en la universidad ni en nuestras casas. El no querer emanciparse. Sostener el cordón umbilical desde el miedo al vacío. Querer seguir siendo Obama. Como una familia de hienas, que miran la muerte con hambre. El silencio como vergüenza de una realidad que ni nos gusta ni entendemos.

lunes, 19 de abril de 2010

¿La familia? Veo en tus ojos que vas a preguntarme si no creo que la familia represente el sentido último de la vida humana, la realización de una armonía superior, por encima del propio individuo. El hombre no vive para ser féliz. El hombre está en el mundo para mantener a su familia y educar a sus hijos como personas honradas, y no debe esperar a cambio ni gratitud ni felicidad. Voy a serte sincero: mi respuesta es que tiene razón. No creo que la familia dé la felicidad; nada puede hacernos felices.Pero tener unafamilia constituye una responsabilidad tan grande frente al mundo y frente a nosotros mismos que por ella merece la pena soportar los problemas incomprensibles y los sufrimientos inútiles de la vida. No creo en las "familias felices". Pero he visto ciertas situaciones de armonía, de concordia entre los seres humanos, en las que cada uno vivía un poco a pesar de los demás, por sí mismo, y sin embargo, en conjunto, la familia vivía un poco para todos, incluso cuando varios miembros luchaban entre sí con una voracidad canina. Familia..qué gran palabra. Sí,quizás la familia sea uno de los objetivos de la vida.

Pero no resuelve nada. Y de todas formas, yo ni siquiera puedeo decir que he tenido una familia de verdad.

"La mujer justa" Sandor Marai (1941)

COMIDA FAMILIAR. Una escena para trabajar




Padre, madre, hijo, hija y cuñado en una comida familiar de domingo. Todos los apartes son pensamientos de los personajes que nadie, excepto ellos mismos, escucha.

Madre -(al cuñado) Coge más langostinos, que casi no te has puesto.

Cuñado -No gracias, que si no me voy a llenar antes del asado.

Madre -Estos langostinos los compre en la Sirena, estaban muy baratos y mira lo gordos que son.

Hija 1 -Nosotros tenemos una Sirena también cerca de casa y compramos mucho así. La verdad es que esta todo muy bien y buen precio.

Hija 2 -(aparte) ¡Que sí que tú lo haces todo de puta madre. Eres una Maruja perfecta.

Hija 1 -Y te voy a decir una cosa, es más fiable el pescado congelado que el pescado fresco.

Madre -(a Hija 2) ¿No quieres más langostinos?

Hija 2 -No mama, no me cebes que tengo que cuidar la línea.

Madre -Pero si estas tan delgada.

Hija 1 -(aparte) Estos langostinos lo vi yo de oferta esta semana. ¿A cuanto estaban? ¿A cinco, noventa y cinco?

Padre -(aparte) Sois unos tiquismiquis, si yo tuviera vuestra edad me lo comería todo. Puto ácido úrico.

Hija 2 -No mama, no quiero más gracias.

Madre -No coméis nada, van a sobrar un montón. (aparte) y no los puedo volver a congelar ¿qué hago con estos langostinos?

Hija 1 -(a Hija 2) ¿Al final te van a cambiar en el curro o no?

Hija 2 -(aparte) Eres una pesada. (a su hermana) No lo se, esta la cosa ahora un poco rara. (aparte) Mira si me despiden mal, pero si no me despiden mal también porque estoy hasta los cojones. (a su hermana) De todas formas yo creo que la cosa tirara para adelante.

Padre -(aparte) Ahora estas van a discutir y nos darán la comida.

Madre -(aparte) Que no le nombre lo de hacerse funcionaria ¡por favor!

Hija 1 -En la Diputación van a sacar plazas podías presentarse.

Cuñado -(aparte) Todos los domingos igual ¡qué coñazo!

Hija 2 -(aparte) No quiero estudiar una oposición. Eres una pesada. Tranquila, no te cabrees, tranquila. (a su hermana) ¿Plazas de qué?

Hija 1 -De auxiliar, el temario casi lo tengo yo entero de cuando hice las mías.

Hija 2 -(aparte) Mira, yo no quiero ser funcionaria no me gusta, me parece enterrarme en vida, me aburro solo de pensarlo. Me parece estupendo que tu seas funcionaria, pero es tu rollo, no el mío. Sé que estás intentando ayudarme peo deja de darme la brasa. (a su hermana) No se, ahora estoy muy liada para ponerme a estudiar.

Padre -(aparte) Ahora le dirá lo de la bolsa de trabajo.

Madre -(aparte) Ahora le dirá lo de la bolsa de trabajo.

Cuñado -(aparte) Ahora le dirá lo de la bolsa de trabajo.

Hija 1 -La cosa es ponerse. Aunque no te cojan te puedes quedar en la bolsa de trabajo.

Cuñado -(aparte) Deja a tu hermana en paz. Déjala a su marcha y disfrutemos de los langostinos.

Madre -(aparte) En cuanto el cuñado acabe ese langostino, saco el asado y cambiamos de tema.

Padre -(aparte) Me comería otro langostino, pero no puedo, el lunes tengo médico y me hacen análisis.

Hija 2 -(aparte) Llevas repitiéndome esto desde que tenía veinte años. Lo haces con buena intención pero eres una plasta, siempre has sido una plasta. Cuando jugábamos de pequeñas todo tenía que organizarse a tu manera. ¡Eres muy pesada!

Hija 1 -Ahora hay una, en mi departamento, que estaba en la bolsa de trabajo desde hace solo seis meses y ya ha pillado una sustitución muy buena. Una baja por depresión, que esas son muy buenas, esas son muy largas.

Padre -(aparte) Una baja por depresión. En este país no quiere currar nadie. Al paso que vamos nos vamos a quedar sin pensión.

Cuñado -(aparte) Un domingo más como este y yo si que me voy a pillar una baja por depresión.

Hija 2 -(aparte) Me estas cargando, me estas cargando mucho. (a su hermana) Bueno, no se ya lo miraré.

Madre -(aparte) Vamos a cambiar de tema. (a todos) Venga recoged esto que voy a sacar el asado.

La madre comienza a recoger platos y se los lleva a la cocina.

Hija 1 -La chica esta que te digo, la que esta haciendo la sustitución, se sienta al lado mío y se iba a presentar a oposiciones al Ayuntamiento, pero se entero de que había otras en la Diputación y aunque el temario era distinto…

Cuñado -(aparte) Esto ya me lo ha contado veinte veces.

Hija 2 -(aparte) ¡Para qué le habré seguido el rollo! Ahora no va a hablar de otra cosa. Hoy le voy a meter un corte, ¡no la aguanto más!

Hija 1 -No saco una nota muy buena, pero tuvo suerte, porque como era concurso oposición…

Cuñado -(aparte) La gente no se presento porque sabía que las plazas estaban dadas. Eres muy pesada cariño.

Hija 2 -La gente no se presento porque sabía que las plazas estaban dadas, así que ella quedo bastante arriba en la bolsa de trabajo.

Hija 1 -(aparte) ¡Decidido! La próxima vez que digas: bolsa de trabajo te voy a mandar a tomar por culo ¡No quiero ser funcionaria! Ya se que mi trabajo es una mierda pero ¡¡¡Déjame vivir mi vida!!!

Hija 2 -Y en la Diputación una vez que has opositado a una categoría, te puedes presentar a todas las sustituciones de esa categoría.

Madre -(Aparte llegando con el asado) Voy a cortar esto, si no vamos a acabar como el Rosario de la Aurora. (a Hija 2) ¡Hazme sitio para el asado en la mesa!

Hija 1 -(aparte) Di bolsa de trabajo, ¡Dilo de una vez! Y así te mando ya a la mierda.

Madre -(a Hija 2) Sabes que se ha muerto la madre de la Maite. (comienza a repartir el asado).

Hija 1 -¡Anda¡ ¿Qué ha pasado? ¿Estaba muy mal? ¿Algún cáncer?

Hija 2 -(aparte) ¡Alguien que se ha muerto¡ A lo mejor era funcionaria y ahora queda una plaza libre para alguien de la bolsa de trabajo.

Madre -No si estaba bien, si yo la vi hace un mes y estaba perfectamente.

Padre -(aparte) Este asado esta muy hecho.

Hija 1 -¿Y entonces?

Madre -Una embolia, le dio estando en la calle, llamaron enseguida a la ambulancia y se la llevaron pero nada.

Hija 1 -No era muy mayor ¿No?

Cuñado -(aparte) Esta comida es muy pesada ¿me he traído el aerored?

Madre -No, no que va, y estaba muy bien.

Hija 1 -(aparte) Estaba estupenda, debería haberse presentado a una oposición a ver si le daban la plaza antes de que le diera la embolia.

Hija 2 -Y Maite ¿cómo está?

Madre -Imagínate, es que fue de un día para otro. La chica lo lleva como puede, y el padre figúrate.

Hija 2 -¡Qué pena! A ver si la llamo. (a su hermana) ¿Vas a pensar lo de la oposición?

Hija 1 -(aparte) Mira te lo voy a decir ahora mismo ¡Métete la oposición…!

Madre -(a Hija 1) Bueno ¿Qué tal esta el asado?

Hija 1 -Muy bueno mama.

Madre -Si yo no lo digo no decís nada.

Todos -Muy bien, muy bueno, muy bueno mama, muy bien, muy rico.


Nota: Con esta escena podemos probar dos tipos de improvisaciones:

-Hacer la misma escena varias veces repartiendo los papeles al azar. De manera que cualquiera puede hacer cualquier papel.

-También podemos probar a usar este esquema de una conversación anodina y unos apartes en los que los personajes dicen realmente lo que piensan, con otras escenas: velatorio, boda, visita en el hospital a alguien de la familia enfermo, etc.

miércoles, 14 de abril de 2010

SIN PREMIOS NI CASTIGOS. EDUCANDO PARA EL TERCER MILENIO

Otro modelo educativo es posible. Una educación donde los adultos implicados (padres, profesores y responsables políticos) reconocemos que este proceso no consiste en darle al alumno un paquete de conocimientos bajo una disciplina casi policial. Se trata de acompañar al menor en el descubrimiento de sus capacidades, en el desarrollo y potenciación de su creatividad, en la expresión de sus emociones y en su encaje en el grupo como ser único capaz de aportar su individualidad para construir una sociedad más humana, más armónica y mejor. Y hacerlo con el mayor respeto posible a cada niño, a cada joven, con una mirada más amplia, reflejo del amor que proclamamos profesar hacia nuestros hijos. El resultado vendrá en forma de adultos maduros con la fuerza necesaria para construir un mundo mejor.

Esta es la conclusión principal de lo que he vivido durante este fin de semana en la reunión que bajo el nombre de “Congreso Niños del Tercer Milenio” se ha celebrado en Barcelona. Ante unas 800 personas, cincuenta ponentes han expuesto de manera breve puntos de vista y propuestas sobre el desarrollo de nuevas formas de educar. El video inaugural de Claudio Naranjo, insigne representante de la tradición de médicos humanistas comprometidos con la educación (su libro ‘Cambiar la educación para cambiar el mundo’ es de lectura obligada para cualquier persona sensible al tema), resumía el espíritu del congreso y las principales ideas que luego se expusieron y que les traslado.

El sistema educativo actual es reflejo de la creencia que tenemos sobre nuestros hijos. Los consideramos como una posesión, lo cual hace que tratemos de manejarlos a nuestro antojo y no atendamos a su individualidad. Les trasladamos todos nuestros miedos, y muy especialmente el que se refiere a la necesidad de hacer las cosas de una determinada manera para tener un futuro, una seguridad, una ‘buena vida’. Nuestro pensamiento lineal nos lleva a querer que nuestros hijos consigan un pase para el mercado de trabajo. El tique adopta la forma de un brillante expediente académico. Una personalidad anulada en el transcurso del camino para obtenerlo, debería conseguir (esto cada día es mas ficticio en nuestro país) un trabajo poco o nada deseado pero que supuestamente garantiza una posición social, abundancia y felicidad.

Escudados en la responsabilidad que tenemos de hacer de nuestros hijos ‘hombres y mujeres de provecho’, y amparados en la excusa de que ‘les estamos labrando un futuro’, tratamos de encajonar a los niños y jóvenes de hoy en las mismas normas bajo las que nosotros hemos vivido. Reglas obsoletas para un modelo que hace aguas en un mundo que cambia aceleradamente. Así hipotecamos su presente y sembramos la semilla de sus futuras neurosis y depresiones. Sólo el dato de los siete millones de españoles diagnosticados con depresión y el gasto anual de 600 millones de euros en antidepresivos debería movernos a la reflexión sobre el modelo de sociedad que queremos y cuya raíz es la educación que damos a las generaciones más jóvenes.

Unos individuos saludables emocionalmente necesitan ser educados en un sistema que atienda y comprenda la emocionalidad y que forme personas virtuosas que, como suma, darán lugar a una sociedad virtuosa. No hablo de virtud como algo relacionado con normas éticas o morales, sino fundamentalmente como armonía. Esto no es posible en un sistema como el actual que se asemeja en gran medida al carcelario. Un centro escolar típico parece una cárcel donde se somete a los alumnos a siete u ocho horas de inmovilización para asimilar (a corto plazo) unos conocimientos. Si triunfan en ello permanecen en el centro y si no, son expulsados.

El modelo actual da lugar a una personalidad demasiado voraz (yo, mí, me, conmigo) y esto no es sostenible en un mundo que sufre por nuestra arrogancia, ambición y adicción al placer. Todavía hoy, el sistema sostiene como valor fundamental el acceso al conocimiento científico y excluye el desarrollo de nuestra dimensión emocional y espiritual, la una porque no era valiosa, y la otra por confundirla con superstición o religión. Nos hemos perdido la posibilidad de aprender sobre nosotros mismos y contemplarnos como seres integrales que somos. Salimos del sistema educativo disminuidos. Ahora tenemos la responsabilidad de revisar esos valores que vienen de generaciones anteriores y preguntarnos: ¿Cuáles son los valores sobre los que damos sentido a la educación de nuestros hijos?

Atender a la peculiaridad de cada alumno

Educar para el tercer milenio significa centrar la formación en la totalidad del ser humano. Educar en este siglo que abre el milenio debe incluir la atención a la peculiaridad, a la particularidad de cada educando, dotándole de las herramientas para que se pueda desarrollar cuidando de su mente, de su cuerpo y de su espíritu. Estos individuos encontrarán de manera natural su sitio en la sociedad que les toque vivir. La colectividad se beneficiará así de individuos más plenos y capaces y el resultado será una sociedad más rica, más múltiple, más viva.

Debemos ir más allá del imperio de la razón, sin olvidar a ésta y hacer de la educación algo más vivencial y una formación más orientada a la vida. El modelo actual, basado en el milenario paradigma patriarcal aplasta al niño sometiendo su espontaneidad. El modelo nuevo debe adoptar un triple foco y atender así a lo normativo, lo emocional y lo espontáneo. Admitir el derecho del niño a la felicidad (algo que todos queremos para nuestros hijos), pasa por el reconocimiento de su individualidad y por el descubrimiento que el individuo va haciendo sobre su lugar en la sociedad y en el mundo.

Son muchos años con una educación basada en el premio y castigo, apelando más a nuestro lado animal que al humano. El resultado está a la vista. Cambiarlo depende de todos, de las pequeñas aportaciones de cada uno, como madre o padre, como educador o como responsable educativo. Si reconocemos a nuestros hijos como seres multidimensionales, podremos contribuir a su formación como seres integrales, con posibilidad de mantenerse felices. Si reconocemos sus emociones podemos abrazarlos, si reconocemos sus mentes podemos dialogar y si reconocemos sus dones podemos guiarlos.

El confidencial. Juan Perea - 13/04/2010

martes, 13 de abril de 2010

FAMI-LIO

Por fin entro a bloguear.
Caramba, qué prolíficos estáis.
Salva, vaya bombardeo, como sigas pensando te vas a salir del blog. Muy bien, muy bien. Ay, Ay, hay que organizarse...
Bueno, es que yo estoy hecho un lío. Me lo paso bien escribiendo mis escenitas. Me han lanzado a un campo desconocido y muy apasionante. También me divierto y disfruto leyendo lo de todos, pero el horizonte del proyecto me resulta, por el momento, como dirían los anglohablantes, "a little overwhelming", o sea, un poco abrumador. Muy abundante, apasionante, sorprendente y enriquecedor, pero también ligeramente desbordante y, acaso, difuso. Además las fechas...
No quiero parecer negativo, es solo que me entra un poco de ansiedad con tanta información, fuentes, propuestas, el calendario... Además, como se supone que también estoy en el lado visual del asunto...
Supongo que cuando los dramaturgos (Gonza y Tofé ¿correcto?) se pongan a ello y se empiece a ver algo concreto me tranquilizaré.
Disculpad por compartir mi ansiedad, pero para eso son también estos blogs, supongo, para compartir...
En fin. Familio. Puede ser un título.

LOS PODERES DE LA FAMILIA Familia: del latín, famulus, grupo de siervos y esclavos patrimonio del jefe de la gens (sistema social)


Cada dos o tres siglos sucede, es un hecho, dos hermanas sin ser gemelas se escuchan, se sienten, se presienten, están la una dentro de la otra, su nombre científico es gemelicam postemporis. Coloquialmente y en Aragón falsas gemelicas, que chulo!!! pensareis, pues bueno a veces si y otras es una putada. No puedes engañarla, no puedes ocultarle nada, y lo que es peor, no estás completa sin ella, la necesitas para estar entera.
Como si una no tuviera bastante con vivir su vida que además tiene que cargar con la de otra. En fin una vida doble como 007 pero sin tanto glamour y sin ser un súper héroe.

PD. lo tenía por ahí escrito, puede ser divertido para alguna escena.

Sil.

LA HERENCIA

Si algo me ha quedado claro en estas conversaciones/terapia que hemos tenido es que la familia, lo queramos o no, sobre todo, ES UNA HERENCIA natural. Una herencia a todos los niveles y de la cual no puedes deshacerte ¿o sí? Y es en este punto donde me encuentro. Me surgen preguntas y preguntas. Haría un espectáculo sobre la familia para preguntarme cosas a mí misma y al espectador. Cosas como ¿somos lo que hemos heredado? ¿Siempre? ¿Que tanto por ciento de nosotros cambia radicalmente por la vida que hemos elegido o por nuestras decisiones? ¿Podemos despojarnos de nuestra herencia? ¿Repetimos los mismos errores? ¿En el fondo buscamos lo mismo pero con otro envoltorio o queremos todo lo contrario? ¿Hasta que punto nos sigue influyendo la familia? ¿Como seriamos si hubiéramos tenido otra familia? ¿Que otra familia hubiéramos querido tener?
He estado viendo unos videos de Punset sobre como ser padres y os los recomiendo.
Otra cosa que me choca y que se entrecruza en el camino todo el tiempo es la religión. Está muy ligada a la familia, las ceremonias donde se une la familia suelen ser siempre religiosas, el concepto de familia, la sagrada familia, el sacrificio de la madre, los mandamientos...honrarás a tu padre y a tu madre...bueno pues depende de como me hayan tratado ¿verdad? el caso es que eso está ahí. Me viene a la cabeza la película "Camino" de Fesser, os la recomiendo también, es una familia del Opus, la peli es cojonuda.
Intento resumir: ¿la familia somos nosotros para siempre? La religión y la familia.
Sil.

Las células de la sociedad

He estado pensando qué me apetece contar con este espectáculo, y voy a lanzar una propuesta, aunque ni yo mismo estoy plenamente convencido de ella, o al menos no como opción única y excluyente. Pero es preferible encontrar buscando. Y voy a intentar expresarlo sin elaborarlo mucho, tal cual me sale, para evitar la autocensura.

En nuestras charlas de estos días en torno a los textos sobre la Familia, una de las ideas que más se ha repetido es que la familia es un reflejo de la sociedad. Al fin y al cabo la familia es la estructura más social que hay, porque sirve precisamente para vertebrar la sociedad, articularla y mantenerla, y yo creo que la familia es como la quintaesencia de la sociedad en la que se inserta, es como la destilación del ser social, si la sociedad fuera un cuerpo la familia serían las células. Por consiguiente, y en sintonía con nuestro propósito declarado como colectivo de creadores escénicos de hacer un teatro comprometido socialmente y vinculado con el presente, podemos usar nuestra “investigación artística “de la familia para “investigar” nuestra sociedad.

O sea, utilizar la familia para analizar usos y comportamientos sociales, sobre todo aquellos con los que no estemos de acuerdo o creamos que son mejorables. Los vicios y virtudes de la familia como reflejo de los vicios y virtudes de la sociedad. Sería como un viaje de ida y vuelta: analizamos la sociedad retratando a la familia y retratamos la familia analizando la sociedad. Tal vez estaría bien hacer un retrato panorámico de nuestra sociedad, la de hoy, la española, y la foto que salga intentar traducirla en la historia concreta de una familia concreta. Así el resultado sería: la familia como una metáfora de la sociedad y sus imperfecciones, o si se prefiere, de sus resistencias a perfeccionarse, aquellas que nos afectan día a día a nosotros, y cuando digo nosotros pienso en todos y cada uno de los que formamos el equipo, seguro que entre todos tendríamos un buen catálogo de funcionamientos o disfuncionamientos sociales que dejan mucho que desear o que directamente nos perjudican. Un buen punto de partida podría ser: ¿con qué estamos disconformes?, ¿qué nos parece que debería cambiar y no cambia?

Propongo hasta una dinámica de trabajo para llegar a algo (me refiero a material textual, luego el trabajo de improvisaciones es otro cantar). Lo siento soy un poco sistemático, pero así me aclaro yo:
- Primero (análisis individual): cada uno vierte lo que piensa de la sociedad en la que vivimos, repito, la nuestra, la española, en un formato “libre”, cada uno dice lo que le da la gana y como le da la gana sobre la sociedad.
- Segundo (análisis colectivo): hacemos una puesta en común de todo el material y seleccionamos los fragmentos con más impacto común, es decir, aquello sobre lo que haya el mayor consenso posible a la hora de querer contar algo.
- Tercero (selección natural): nuestros dramaturgos depuran ese material ya preseleccionada, centran la mirada sobre lo que estiman oportuno para verterlo sobre la familia y proponen una serie limitada y determinada de temas familiares sobre los que escribir.
- Cuarto (reelaboración propia): cada uno se engancha al tema o temas propuestos por nuestro dramaturgos y escribe algo, pero ya con el enfoque familia.
- Quinto (selección final y propuesta predramática): Nuestros dramaturgas seleccionan de nuevo el material mas susceptible de ser trabajado en ensayos parar que surja una historia concreta de una familia concreta, que inevitablemente va a tener todo el sedimento o poso que los pasos previos han ido dejando. En los ensayos se va probando hasta conseguir el ensamblaje final y su correspondiente escritura “definitiva”.
El tono-tratamiento del espectáculo es independiente de todo esto que digo. Cabe comedia, tragicomedia, parodia, tragiparodia,…
P.D. Seguiré pensando.
Salva

¿QUÉ QUIERO CONTAR CON ESTE ESPECTÁCULO? EL MITO DE LA FAMILIA FELIZ




“Todas las familias felices se asemejan, cada familia infeliz lo es a su manera.”
León Tolstoi


¿Dónde se crea el mito de la familia feliz?

¿Como lo definiríamos?


¿Tenemos todos la misma idea de lo que es una familia feliz en la cabeza?

Creo que este mito nos llega, especialmente, a través del cine, la televisión y la publicidad. La idea de que existen familias felices y perfectas en las que todos se llevan muy bien y son estupendos. Tienen problemas pero siempre los acaban resolviéndolos y hacen las paces sin rencores. No digo que no existan familias así, pero me da la sensación de que son muy escasas. La mayoría de las familias están bastante alejadas de ese mito.
No creo que estar alejado de ese mito sea malo, simplemente es mas real.





De la misma manera que el mito de cómo debe ser el amor de pareja, puede dificultarte vivir el amor tal y como tu lo sientes, y ser una gran fuente de frustraciones, el mito de la familia puede marcar un listón inalcanzable y, si se alcanza, puede ser un modelo en el que una familia real no se encuentre a gusto.





¿Este mito nos sirve de modelo para intentar llegar hasta él y mejorar, o solo es algo inalcanzable y falso que nos impide disfrutar de lo que realmente tenemos? El mito, como los tópicos tiene algo de verdad, pero esa verdad es limitada, muestra una visión parcial y simplificada y además marca como incorrectos, o por lo menos diferentes, otros modelos y formas de convivencia.

Supongo que toda sociedad necesita mitos o modelos para poder funcionar. Pero supongo que sería bueno que no hubiera uno, ni dos, ni tres, sino muchos modelos de “familia feliz” de manera que a la hora de pensar si la nuestra es una “familia feliz” tuviéramos la mente más abierta.


J.I.

domingo, 11 de abril de 2010

REPROCHES ENTRE HERMANOS VI


Mi querida hermanita: qué otra cosa puedo decirte a estas alturas ya del partido más que te quiero, pq no tengo alternativa, y que mi vida sin ti no sería la misma porque pensándolo muy mucho y de forma serena y fría, sólo podría reprocharte una cosita: PARA QUÉ COÑO TUVISTE QUE VENIR AL MUNDO?? PA JODER??? NO TE PODÍAS HABER QUEDADO EN EL PUTO LIMBO???
Y es que desde luego mi vida no hubiese sido la misma sin tu presencia…. No, desde luego que no…. Empezando porque HUBIESE TENIDO UNA VIDA, cosa que ahora es más bien un aborto de vida. Y es que fue venir tú al mundo y joderse la marrana y perdona mi palabrería y mis malos modales hablando así a una catedrática, claro, la lista! Tenías que haber nacido y lista! Por si éramos pocos y parió la abuela.
Es muy duro vivir a la sombra de la Barbie jugando para toda la existencia el rol de la chochona de turno. Aunque para chocho el tuyo porque cómo se puede tener tanta cara (muy mona eso sí, muy jodidamente perfecta) como la tuya???, cómo es posible? Si pareces la hermana de Reagan la del Exorcista! Mala, que eres mala y si no jodes un día no te quedas tranquila.
Para qué pinchabas tanto y tan constante? Para humillarme? Para ver hasta cuánto podía caer la dignidad de una persona? No era normal, yo era la mayor, deberías haber querido escucharme en algún momento y noooo, tú ya lo sabías todo y lo peor es que siempre acertabas, parecía que estabas compinchada con el demonio y él quien te soplaba las respuestas.
Cómo es posible que te gustara hacerme esas bromas? El hombre sin cabeza! Me encerrabas en aquellos portalones abandonados y me decías que allí estaba! Que en breve vendría a machacarme porque devoraba a las niñas buenas! Me asustabas por la noche cuando estaba tranquila y durmiendo y me ponías tu almohada sobre mi cama! Aborto de Satanás tenía que llamarte! Hiciste que me estuviese meando hasta los once!
Y ahora estoy aquí frente a tu lecho, en este hospital de urgencias, acompañándote aunque no lo sabes. Urgencia ante tu partida pues según los médicos te irás en breve y no sé por qué y me odio por ello, pero lloro y lloro y no paro de escribir sórdidas palabras y no paro de llorar al mismo tiempo.

REPROCHES ENTRE HERMANOS V


Pues bien, como sabéis, yo tengo dos hermanas mayores:Magda de 42 y Pili de 40.He de deciros, que para mi es muy dificil hablar de reproches a un hermano ya que a ninguna de las dos les tengo absolutamente nada que reprochar, sobre todo a la mediana.Desde pequeño me he sentido muy cuidado, respetado y protegido por ellas.Sé que todo esto parece demasiado "blanco" pero es que es así.Cuando yo tenía 7 años, mi hermana mayor (magda) se casó y se fué de casa.Ni siquiera eso le puedo reprochar, ya que obviamente fué la vida que escogió con el que hoy en dia es su marido.Sí es cierto que con ella tengo una relación mucho más fria que con Pili y supongo que será por ello.Mi hermana Pili no se fué de casa hasta que yo tuve 14 años y eso también me permitió tener una relación más estrecha e intima con ella, aparte por la compatibilidad de caracteres.

Con mi hermana Magda tenemos una relación, como os digo, más fria pero no por ello negativa.Es muy positiva, pero más desde la distancia.Aparte de que ambos tenemos más carácter y somos más secos, mientras que Pili es mucho más afable y cariñosa, no dependemos tanto el uno del otro.Apenas nos llamamos y prácticamente sólo tenemos contacto cuando vengo al pueblo, aunque sé que le pregunta muchísimo a mi madre por mi...¿véis?eso sí que se lo he reprochado alguna vez que otra, que apenas me llame, aunque sin ninguna acritud porque entiendo que es su forma de ser así y la acepto tal cual es y sobre todo porque eso no nos impide tener la confianza que el uno en el otro tenemos.He terminado por verlo algo normal, lógico, como parte de nuestro código.Nos entendemos así, pero bueno, reconozco que antes me enfadaba y se lo decía, pero ahora ya no.

Y con Pili...pues todo lo contrario a reproches...estamos súper súper unidos, es más como mi segunda madre, hablamos todos los dias, nos lo contamos todo, nunca me juzga (aún sabiendo como estoy de la cabeza) y me siento muy apoyado por ella.Sería injusto reprocharle algo, injustísimo.Seguramente, y sé que no lo haría, ella sería quien tendria que reprocharme a mi.Considero que alguna vez que otra he sido egoista con ella ó excesivamente caprichoso.Ella es capaz de perjudicarse a ella misma con tal de no perjudicarme a mi, y eso es algo que antes, cuando era más chico, no reparaba en ello, pero hoy en dia sí lo hago y no se lo permitiría.

Ya véis, podria ahora hablaros de miles y miles de reproches pero no serían míos y los estaría inventando...¿y para qué ponerme en una situación que no es la mia???

REPROCHES ENTRE HERMANOS IV


Ir siempre a la zaga en cuanto a buenas acciones se refiere sería el gran reproche que haría a mis queridas hermanisimas.
Siempre he ido la última. Ya al nacer, no sólo fui la tercera, sino que además salí con tres vueltas de cordón umbilical y morada como un higo, dando problemitas desde el principio.
Y la primera en cuanto a disgustos a mis padres. Cuando tienes dos hermanas que creen en su papel de buenas hijas y trabajan duramente en ello es muy difícil superarlas y más cuando te das cuenta que eso de la “buena hija” debe ser algo genético, que tienes o no tienes, como el color de los ojos. ¿Quien sabe a lo mejor dentro de un tiempo también te puedes operar de eso? “Me gustaría ser una buena hija, a nivel tres, desde la distancia y con extra de memoria para fechas de acontecimientos”.
De momento no es posible.

Una se queda con el negocio familiar, cosa importante y que reportará respeto y honor para las generaciones venideras.
La otra les colma de besos y alegría, cariñosa y divertida donde las haya.
Y las dos con una habilidad especial para idear e incluso organizar originales sorpresas para nuestros progenitores, pero “sorpresas de esas que no se olvidan en la vida”.

¿Que les he ofrecido yo aparte de inquietudes y preocupaciones? La pequeña que con 21 años se fue de casa, a Madrid, una ciudad desconocida, sin trabajo, sin su novio y casi sin dinero. Lo dicho, noches sin dormir y dolores de cabeza.
Me he ganado a pulso el título de REBELDE, CONTESTONA, INDEPENDIENTONA, LA QUE VA POR LIBRE, CON LA QUE NO SE PUEDE CONTAR PARA MUCHO y lo ostento con gracia y orgullo. Me pavoneo delante de ellos con mi medalla y aquí no ha pasado nada. A estas alturas cada uno ya sabe cual es su papel.
Pues eso, siempre a la cola de las buenas acciones, que las he hecho, supongo, aunque ahora no las recuerde.
¿Pero de todo esto tienen ellas la culpa? No lo sé, no creo.
Una vez y por mi orgullo me puse a la par de ellas no sin esfuerzo y tuve que pagarlo durante meses. Mi padre cumplía 65 años y quisimos regalarles una cena-sorpresa. Pues nos gastamos una cantidad de dinero que permítanme, en esa época de mi vida, era una obscenidad, pero ¡!!que sorpresa tan maravillosa con la Silvia y todo que viene de Madrid con su escurridizo novio!!!!.
Y no me refiero sólo a sorpresas materiales sino a detalles de tipo emocional, de demostración del cariño y eso; no suelo ser tan fina, tan afortunada u oportuna como ellas.
En fin, que me gustaría que no fueran tan cuidadosas con ellos porque siento que jamás las podré alcanzar en esa carrera “de buenas acciones de hijas ejemplares”. Vaya comentario egoísta de cojones. Así somos señores, para que lo vamos a negar.

Por otro lado, mis padres siempre dicen que somos las mejores hijas del mundo y que han tenido la mejor suerte de todos. Y yo, por supuesto, estoy incluida.

REPROCHES ENTRE HERMANOS III


Cuando estaba en el instituto un amigo me contó que cuando era pequeño, se había metido en una pelea. Unos cuantos le estaban dando de ostias y cuando todo parecía desesperado, apareció su hermano mayor, le defendió e hizo huir a los atacantes. Algo así hubiera sido imposible en el caso de mi hermano mayor, lo primero porque no habría aparecido a tiempo, o simplemente no habría aparecido. Mi hermano es especialista en no estar cuando se le necesita. Lo segundo porque aunque hubiera aparecido seguramente no hubiera hecho nada. Mi hermano es especialista en no hacer nada. Especialista en esperar a que otra persona resuelva el problema. “Se moriría de hambre entre dos panes”, como tantas veces le ha dicho mi madre.

¿Han tenido alguna vez un hermano del que se avergüenzan? Yo sí, mi hermano mayor. Mi hermano era siempre el torpe, él que metía la pata, él que jugaba mal a todos los juegos, él que hacía el comentario embarazoso, el aguafiestas, el que siempre sale mal en las fotos. Ese tipo del que todos se ríen a sus espaldas y también delante de él. Ese era mi hermano.

El pobre esta condenado desde el bautizo. Le llamaron Abilio, como mi padre, como mi abuelo, que nació un veintidós de febrero y por eso le pusieron Abilio. Con un nombre así tienes que desarrollar la personalidad e imponerte a los mil y un chistes que vas a escuchar sobre tu nombre. Pero lo de imponerse no ha ido nunca con mi hermano.

Así que mi hermano era el torpe oficial, en el colegio, en el pueblo, en el parque, etc. Pronto me di cuenta de que su compañía no me convenía, así que en cuanto pude intenté librarme de él. Intenté hacer como si no existiera. Cuando iba al instituto apenas le saludaba y lo mismo hacía en la universidad. No tener relación con mi hermano era parte de mi estrategia para integrarme en la sociedad, y formar parte de las pandillas más interesantes de cada momento.

Me comportaba de una manera cruel. Con el tiempo he pensado que yo debía haber sido el hermano mayor y él el pequeño. Si hubiera sido así quizá cada uno hubiera estado en el papel que le correspondía. Pero pensar eso no tiene mucho sentido. Cada uno tiene que jugar con las cartas que le han tocado, imaginar que si le hubieran tocado otras lo habría hecho mejor, es una excusa como otra cualquiera.

Podría decir que no tengo relación con mi hermano desde la infancia, desde que jugábamos con los “clic” sobre la alfombra de nuestro cuarto. Alguna vez siendo ambos adultos he intentado retomar la comunicación con él, pero no lo he conseguido. Hablar con mi hermano no es fácil para mí, hace tiempo que ni lo intento.

Actualmente el hecho de que mi hermano no afronte los problemas ni tome iniciativas casi es una ventaja. Mi hermano sigue viviendo con mis padres y no tiene intención de marcharse de casa. Mi hermana y yo nunca lo hemos hablado, pero supongo que los dos damos por hecho que va a ser él encargado de cuidar a mis padres ahora que se están haciendo mayores. Algo que nos viene muy bien a mi hermana y a mí, ya que los dos vivimos fuera de donde viven mis padres.

REPROCHES ENTRE HERMANOS II


Ring de boxeo. Hermano pequeño y hermana mediana vestidos de fiesta y con guantes de boxeo. Ella, azules, él, rojos. Hermano mayor de frac, con pajarita, a modo de arbitro del combate. Suena la campana y empiezan un combate violentísimo, muy físico, con el espeluznante sonido de los puñetazos retumbando, entremezcládose con las palabras. Éstas, frente a lo salvaje de la pelea, resultan frías, casi como voces en off neutras o pensamientos dichos en voz alta.

HERMANA MEDIANA: Imbécil.
HERMANO PEQUEÑO: Facha.
HERMANA MEDIANA: Rojo.
HERMANO PEQUEÑO: Subnormal.
HERMANA MEDIANA: Tarado.
HERMANO PEQUEÑO: Paranóica.
HERMANA MEDIANA: Demente.
HERMANO PEQUEÑO: Eres como tu padre.
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): Separándolos.
¡Stop!, nada de golpes bajos. ¡Box!
HERMANA MEDIANA: Estoy hasta las narices de decirte por carta, por teléfono y por mail que vengas a verme, que tienes dos sobrinos que ni los vas a conocer, que soy tu hermana, joder, que pasas de todo y siempre me das largas de buen rollito, muy a tu estilo, más falso que Judas.
HERMANO PEQUEÑO: Estoy hasta los cojones de tus monsergas con la puta familia y la puta mierda de mundo feliz donde vives, con tu casita perfecta, tus cochazos, tu puto “back yard” y toda esa mierda “yanki” que me da asco. Que te den por culo a ti y a tu Schwarzenegger de mierda. No voy a ir a verte nunca.
HERMANA MEDIANA: Eres un desastre, tu vida es un desastre, ni te organizas, ni sabes tener un trabajo fijo como es debido. No tienes un duro, no tienes ahorros, no tienes nada de nada.
HERMANO PEQUEÑO: Por lo menos tengo dignidad. Y dos putos dedos de frente para saber que nunca seré esclavo de nadie, que soy libre.
HERMANA MEDIANA: Muy libre, pero muerto de hambre.
HERMANO PEQUEÑO: Y tú mucho California pero estás amargada y no eres feliz.
La hermana mediana cae a la lona, pero se levanta muy rápido con ayuda del arbitro, algo preocupado y mirando al hermano pequeño con cierta sorpresa, impropia de un juez de boxeo. Furibunda, la hermana se abalanza sobre el rival. Enganchados como en un abrazo, con las caras muy juntas y golpeándose mutuamente en la nuca:
HERMANA MEDIANA: “You mother fucker, son a bitch”, me cago en tu puta madre, malnacido. En que hora te cambié los pañales cuando eras un pingajo. Mira en lo que te has convertido, bestia, maleducado, iiiii...diota.
HERMANO PEQUEÑO: (Imitándola, pero neutro) Iiiii...diota. Maleducado. Uy, qué fina, la “americanita”. Vives muy cómoda a tomar por culo, bien lejos, para no pringarte en nada, ni ayudar en nada, ni estar cuando tienes que estar con esta familia.
HERMANA MEDIANA: Tú vives mucho mejor cerquita, pasando de todo a muerte y chupando del bote, sin asumir ninguna responsabilidad. Claro, con mamaíta siempre al quite: “tu hermano es así, va su aire el pobre, no es mala persona, lo que pasa es que es especial, como es el pequeño”. Y una mierda, no me lo trago. Crece de una puta vez.
HERMANO PEQUEÑO: Y tú me lo dices, que vives en la puta Disneylandia. Ja.
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): (Separándolos) ¡Stop! Nada de golpes en la nuca. ¡Box!
HERMANA MEDIANA: Consentido.
HERMANO PEQUEÑO: Pija.
HERMANA MEDIANA: Niñato.
Suena la campana. Cada uno a su esquina. El arbitro se torna en entrenador de la hermana.
ENTRENADOR (HERMANO MAYOR): Venga, venga, venga, vas bien, saca más la derecha, no le dejes escapar, agárralo y castígale más el hígado. Lo tienes, lo tienes, insiste un poco más y vigila su izquierda. Vamoooos, vamooos.
Suena la campana. Se vuelven a enganchar, cansados, golpeándose los costados.
HERMANO PEQUEÑO: Eres patética, en el fondo me das lástima.
HERMANA MEDIANA: Tú me das asco.
HERMANO PEQUEÑO: Siempre lo he sabido.
HERMANA MEDIANA: Vaya, el listillo, ¿ahora vas de psicólogo o de pobre hijito no deseado?
HERMANO PEQUEÑO: Puta.
HERMANA MEDIANA: (Muy sorprendida) Oye, sin insultar ¿eh?
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): (Separándolos de nuevo, los reúne en el centro y se dirige a ambos) Quiero una pelea limpia. Nada de agarrones ni de golpes bajos. No os aviso más. Empiezo a quitaros puntos pero ya. ¡Box!
HERMANA MEDIANA: Tu vida es una mierda.
HERMANO PEQUEÑO: Y dale. Mi vida es mía y no tengo que dar explicaciones a nadie.
HERMANA MEDIANA: Así te va que no hay dios que te quiera. Fracasas en todo.
HERMANO PEQUEÑO: Eres perversa.
HERMANA MEDIANA: (Burlona, pero neutra) Nene de mamaíta. (Remata) Infeliz, fracasado.
HERMANO PEQUEÑO: Yo también te quiero, hija de puta.
El hermano pequeño cae a la lona y parece K.O.
El arbitro inicia la cuenta, de nuevo preocupado. Al llegar a nueve, el caído se levanta como un resorte golpeándose la cara con los guantes y saltando con renovada energía.
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): (Muy cariñoso y preocupado) ¿Estás bien?
HERMANO PEQUEÑO: Estoy bien.
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): ¡Joder, tío!. ¡Box!
HERMANA MEDIANA: Estás acabado. Y estás más gordo, por cierto.
HERMANO PEQUEÑO: Foca de mierda, te mato.
HERMANA MEDIANA: No puedes con el culo, hermanito.
HERMANO PEQUEÑO: Te voy a matar.
HERMANA MEDIANA: No tienes huevos.
Suena la campana. Cada uno a su esquina. El arbitro se torna en entrenador, esta vez del hermano.
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): (Cada vez más preocupado) Tranquilo, tranquilo, no te dejes llevar. Sigue machacando con paciencia y mete tu gancho de izquierda en cuanto se te agarre. Ya la tienes. Venga, venga.
Suena la campana. Se tantean unos segundos, a distancia, agotados, jadeantes. El arbitro mira a uno y a otro, manifiestamente alterado, disgustado y a punto de llorar. Se vuelven a abrazar violentamente. El arbitro los vuelve a separar con mucho esfuerzo.
HERMANA MEDIANA: Llama a tu mamá ahora, nenaza.
HERMANO PEQUEÑO: Cabrona.
Vuelve a sonar la campana, vuelven a sus esquinas. El entrenador va llorando y gritando de una esquina a otra, desquiciado.
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): (A la hermana) ¡ Déjalo, no merece la pena! Tiro la toalla, mira.
HERMANA MEDIANA: ¡Ni de coña, tengo que matarlo!
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): (Al hermano) ¡No me compensa verte así! ¡Se acabó!
HERMANO PEQUEÑO: ¿Se acabó, el qué? ¡Y una mierda! Tengo que machacarla.
ÁRBITRO (HERMANO MAYOR): (A la hermana) ¡Basta, por dios!
(Al hermano) ¡Déjalo! (A la hermana) ¡No os machaquéis más!
(A los dos y mirando al público, desde el centro del ring, de repente muy sosegado,)
Decía la abuela Marina que parecía mentira que un bebé naciera de un simple escupitajo. También decía la abuela, al final de su vida: “¿Pa qué?, ¿todo esto, pa qué?”
Tuvo dos hermanos. La pequeña, la Esperanza: con 10 añitos las monjas la dejaron “sordamuda”, como ella decía, de una paliza en el orfanato. Marina cuidó de su hermana enferma durante más de 40 años. El mayor, el facha, como ella le decía, fue militar del lado fascista durante la guerra. Y un déspota. Marina era socialista de carné desde muy joven. Llegó a pasar clandestinamente explosivos para los rojos. Adoraba a sus dos hermanos.
Los dos hermanos, ya sin guantes, se abrazan al mayor. Los tres sonrientes.
HERMANA MEDIANA: (Al pequeño) Te van a encantar los California Rolls que he traído.
HERMANO PEQUEÑO: (Resignado y farfullando) Yo soy más de chorizo.
HERMANO MAYOR: (Conciliador) Anda, vamos a echar una mano a mamá con la mesa.

Salen. La hermana canturrea feliz el Gingle Bells.

FOTOS DE FAMILIA








FANTASMA II


FANTASMA
Dos hermanos (interpretados por un solo actor que se desdobla en ambos).

-¿Hablamos?
-¿De qué?
-No sé, de lo que sea.
-¿Por qué?
- Ya es hora.
(Pausa)
-Nunca lo hemos hecho.
-Por eso, ya es hora.
-¿Servirá de algo?
-De algo servirá.
-¿Y por donde empezamos?
-Por ti, por ejemplo.
-¿Y por qué no por ti?
-Me da igual.
-No, no te da igual.
-Ya estamos.
(Pausa)
-Nunca nos hemos querido, ¿verdad?
-Caramba, ese es un buen comienzo.
-Ya, pero es así, ¿no?
-¿Que quieres decir con “querido”?
-No sé, se supone que los hermanos se quieren.
-Nosotros nos llevamos bien, siempre nos hemos llevado bien, nunca hemos tenido peleas ni conflictos.
-Ya…
-Siempre nos hemos respetado, no nos hemos traicionado.
-Ya…
-Nunca ha pasado nada entre nosotros.
-Ya…
-Ya.
(Pausa)
-Somos una familia de fantasmas.
-¿Cómo?
-Sí, somos como la familia de “Los otros”.
-No me gusta Amenábar.
-Lo sé, es nuestra mayor discrepancia.
-¿Qué quieres decir con nuestra “mayor discrepancia”?
-Nada, déjalo.
-¿Qué quieres decir con que somos como “Los otros”?
-Que, como familia, existimos sin existir. Como familia, somos incorpóreos, insustanciales. Podríamos desaparecer si se abriera una puerta de golpe y enterase una corriente de aire un poco fuerte. Somos como una aparición, como espectros, inmateriales. Tal vez en nuestras fotos familiares ni estemos.
-…
-Me acuerdo que yo antes, con papá, me daba la mano.
-¿Qué?
-Cuando nos saludábamos, si hacía tiempo que no nos veíamos, nos dábamos la mano. ¿No te acuerdas? ¿Contigo no hacía lo mismo?
-Pero ahora ya no es así, ahora nos damos dos besos.
-Sí, ahora nos damos dos besos, ahora que él tiene casi setenta, yo cuarenta y tu treinta y muchos, pero cuando nos damos dos besos, yo siempre pienso que antes nos dábamos la mano, ¿entiendes? Eso ya no se puede borrar, quedó ahí, como símbolo.
-Siempre hemos sido muy independientes.
-Sí.
-Sí.
-¿Y?
-…
(Pausa)
-Creo que tú me tenías un poco de manía cuando éramos pequeños.
-¿Te parece?
-Creo que envidiabas un poco mi personalidad y por eso me tenias un poco de manía.
-Puede ser.
-¿Jugábamos juntos?
-No me acuerdo.
-Supongo que lo hacíamos, somos hermanos, los hermanos juegan juntos cuando son pequeños.
-Me acuerdo sin acordarme. ¿Lo ves? Como un fantasma. Me pasa con todo, me acuerdo de las cosas sin acordarme, de una forma muy difusa, muy imprecisa, desvaída, deshilvanada. Mi mujer dice que nunca podrá saber nada de mi pasado. Mi memoria es como un agujero negro, se traga todos los recuerdos y no sé que hace con ellos. Creo que todo tiene que ver con lo mismo.
-¿Con que mismo?
-Con cómo somos como familia. Con lo que te decía al principio de que nosotros no nos queremos. Mamá, papá, tú, yo. Nos queremos sin querernos. No digo que sea algo malo. Quiero decir que es lo que es, pero tiene sus consecuencias.
-También te burlabas de mí, me llamabas orejudo, cuando éramos pequeños.
-Sí, me acuerdo, de eso sí me acuerdo. Es raro, en las relaciones entre hermanos siempre parece haber algo incondicional, absoluto, muy básico, muy tribal, tanto cuando son buenas como cuando son malas. Suele ser todo muy extremo, aunque no siempre se manifieste así, pero está ahí, como una corriente de fondo, como una base. Es algo que solo pasa entre hermanos, ¿no? Único, especial. ¿Tú sientes eso? ¿Esa corriente?
-Yo era el hermano pequeño y nunca sentí que me protegieras.
(Pausa)
-En el fondo somos un panda de egoístas, con nuestras cosas, con nuestro carácter, con nuestra independencia, pero incapaces de hacer nada de verdad los unos por los otros, de interesarse de verdad, de preocuparse de verdad. Quiero decir, de mojarnos, de pringarnos, de arriesgarnos. Una panda de egoístas cobardes. Nos cubrimos las espaldas los unos a los otros, para evitar los conflictos. Tendríamos que inventarnos conflictos, tendríamos que pelearnos de vez en cuando, aunque solo sea para dejar de ser fantasmas por un rato. ¿Tú has visto alguna vez a dos fantasmas peleándose o teniendo una discusión sobre algo?
-¿Quieres que nos peleemos? Nunca lo hemos hecho. No estamos acostumbrados.
-Quiero que nos pase algo. Tampoco lo hemos hecho nunca. No tener memoria es no tener historia. Como colectivo somos un fracaso. A base de no compartir casi nunca nada, cuando nos vemos forzados a hacerlo o con ganas de hacerlo no sabemos cómo y es muy formal, nada espontaneo, no es de verdad. ¿Sabes lo que creo? Que nos da pereza la verdad, lo real. Hasta todo esto que te estoy diciendo es mentira, es falso, porque son las palabras de un fantasma.
-¿De un fantasma? Estás un poco recurrente con el tema fantasmal.
-Como hermanos somos sin ser, o sea, un fracaso. Siempre he pensado que nuestra mayor virtud es nuestro mayor defecto: no existimos como familia, y por lo tanto, no existimos como hermanos. Supongo que eso es lo que quiero decir cuando digo que somos como fantasmas. Los fantasmas no existen. Tal vez seamos el paso previo a la familia del futuro, en donde los vínculos de sangre se habrán diluido hasta no tener la más mínima importancia. Tal vez seamos el anticipo imperfecto de la futura familia modélica, pero claro, por ahora solo somos como un ensayo de laboratorio, quedaremos para la posteridad como el eslabón perdido de la evolución del organismo familia. No sé qué tiene que ver todo esto con lo que te quería decir.
-Yo tampoco, en el fondo me parece que no dices nada.
-Puede ser, estoy algo confundido. En general, estoy algo confundido ¿Lo ves? Ese es el problema. Me propongo decirte algo porque eres mi hermano, que hablemos de hermano a hermano, en confianza, sin formalismos, y me sale un discurso pseudosociólogico sobre el devenir histórico de la familia. Tenía muchas ganas de reprocharte un montón de cosas y a la hora de la verdad no me sale nada. Es la falta de costumbre.
(Pausa)
-¿La más cariñosa siempre fue la yaya, verdad?
-Sí, la única.
-Ella quería queriendo.
-Bueno, hay muchas formas de querer. Yo sé que mamá nos quiere. De una forma u otra, siempre lo he sabido.
-¿Y papá?
-Papá es una víctima.
-¿Una víctima de qué?
-Una víctima de sí mismo. Como tantos hombres de su generación. Siempre se ha esforzado tanto por ser quien era ante todos y ante sí mismo que no ha sabido ser ni marido, ni padre. Tal vez cuando sea abuelo se reencuentre con su yo familiar verdadero, quiero decir, el que tuvo mientras fue hijo. Porque como hijo sí funcionaba, seguramente porque su madre, la yaya, era la perfecta persona de familia.
-Una víctima y un verdugo. Sus vanos, escasos y patéticos intentos de ejercer como padre dan risa y pena, pero a veces también son muy dañinos porque nunca están motivados por el amor de verdad, sino por el estúpido prejuicio de ser fiel a sí mismo. Tienes que tener cuidado, porque eso te pasa a ti también, a veces.
-¡Vaya! Por fin un reproche. ¿Qué quieres decir?
- Que a veces lo importante no es ser uno mismo, sino precisamente lo contrario: dejar de serlo, renunciar a la pretenciosa y falsa idea que uno tiene de sí mismo para ser lo que los demás esperan de uno. Sobre todo si los que esperan son de la familia. Yo muchas veces lo único que espero de ti es que seas mi hermano, y que por tanto te comportes como hermano, igual que muchas veces esperé que papá fuera papá y se comportara como papá. Y nunca lo era, ni cuando lo intentaba, porque claro, no le salía. Recuerdo una vez que me pregunto, así de sopetón, sin venir a cuento: ¿y de chicas que tal? Era la primera vez que intentaba entablar conmigo una conversación no sé si de hombre a hombre o de padre a hijo, pero yo debía tener ya 21 ó 22 años. Yo, que no me acuerdo de nada, tengo una imagen clara y nítida de ese momento, como si fuera ayer. Por aquel entonces yo estaba saliendo con una chica 10 años mayor que yo y bueno, se lo conté, sin entrar mucho en detalles. Me dijo: bueno, está bien, lo único que te digo es que tengas cuidado por la diferencia de edad. No me impactó mucho lo que me dijo, me dijo eso como me podía haber dicho cualquier otra cosa porque yo creo que se sentía en la obligación de decirme algo, ya que había hecho el esfuerzo de preguntar. Lo que me impactó fue que manifestara su preocupación, si es que le tenía, o su curiosidad al menos, por lo que le estuviera pasando a su hijo, y recuerdo que pensé: el intento es bueno pero no va a funcionar, demasiado tarde, ojalá hubiera sido así siempre, que mi padre se hubiera preocupado por mí, en vez de delegar en mamá esa función de progenitores. Me dio pena y tristeza, ese intento de un tipo de cincuenta y tantos años por enfundarse un traje de padre que la quedaba grande. Parece que se hubiera leído un capítulo, solo uno, de un manual de “ser padre hoy” y estuviera haciendo prácticas. No coló. En el fondo creo que fue peor, dejó más en evidencia su incapacidad para ejercer de padre. Supongo que nadie nace siendo padre, uno se convierte en padre a base de ser padre, de ensayar, practicar y creérselo, en un día no te vas a aprender el papel que no te has aprendido en años.
-¿Y yo por qué tengo que tener cuidado?
-Porque a veces das más importancia a lo que tú esperas de ti mismo, que a lo que esperamos la gente que supuestamente te importa. Tuviste suerte con que yo me casara lejos y casi por sorpresa, porque tuviste la excusa perfecta para no tener que decidir si ir a la boda o no. ¿Qué hubiera pasado sin las dificultades de desplazamiento y premura? ¿Hubiera prevalecido tu postura coherente contigo mismo de no ir a ninguna ceremonia matrimonial porque no crees en el paripé o hubieras venido a la boda de tu hermano?
-Eso es un reproche.
-Sí, lo es. Aunque me lo podría hacer a mí mismo y por la misma razón. Yo también tengo que tener cuidado con eso. Es nuestra herencia, el gen egoísta y orgulloso. Hay que tener cuidado con él, te posee y nos puede destruir. Es como una máscara. Si la máscara acaba teniendo más consistencia que tu propia cara acabas convirtiéndote en la máscara. En un fantasma.
(Pausa larga)
-¿Y nosotros?
-¿Qué?
-¿Qué pasa con nosotros? ¿Por qué pudiendo haber tanto entre nosotros hay tan poco? ¿Es también por pereza? ¿Por el gen? ¿Por la máscara? ¿Por Amenábar? Al fin y al cabo somos hermanos, supongo que eso querrá decir algo.
-¿Qué?
-¿Qué crees que quiere decir ser hermano de alguien?
-No sé, supongo que…
-No supongas, inventa.
-Creo que es compartir involuntariamente, lo cual es una fuente permanente de insatisfacción.
-¿Compartir, insatisfacción?
-Sí, no sé, de puro evidente es hasta insufrible. Absurdo. Lo que define, lo único que define a todos los hermanos del mundo, salvando excepciones de pérdida prematura o abandono, es que comparten involuntariamente unos padres y por la tanto un pasado, unas experiencias, una vida en común más o menos larga y acotada en el tiempo. Hermano es aquel con el compartes siempre padres e infancia. O la que es lo mismo, hermano es aquel con el que compartes padres y pasado a la vez. Y eso lo condiciona todo.
-¿Y eso qué?
-Eso nada. Solo que es una realidad condenada al fracaso. La de ser hermanos, digo. Porque se fundamenta en dos ficciones: los padres, esos seres de opereta que nunca son ellos mismos porque el mero hecho de ser padres les ha convertido en otros, y ya siempre serán otros, y el pasado, esa percepción mentirosa y confusa de lo que pensamos que recordamos que creemos que nos pasó. ¿Cómo va a funcionar una relación así? Además ser hermano de alguien te coloca en un plano de igualdad que remata esta situación. Con los padres no pasa lo mismo. En realidad ser hermanos es la cosa más artificial del mundo. La más falsa. La más convencional. Supongo que por eso las relaciones entre hermanos son tan complicadas y simples a la vez. Solo con esa complicación extrema o con esa extrema simpleza se puede sustentar algo tan absurdo y falaz. ¿A quién se le ocurre? ¿Ser hermano de alguien? ¿Hay algo más ridículo? Si lo piensas fríamente hasta da risa. Alguien que sin ser tú es lo más cercano biológicamente a ti, lo quieras o no, y con el que, lo quieras o no, te une algo que, lo quieras o no, es más fuerte que cualquier otro vínculo. Supongo que hasta que tienes un hijo, claro, pero eso ya es otra historia.
-¿Por eso no me quieres?
-Yo no he dicho que no te quiera.
-Tampoco me has dicho nunca que me quieres.
-¿Lo ves? Eso es, ahí está. Como eres mi hermano, aunque no te quiera te quiero y aunque te quiera no te quiero. Es absurdo, no lo entiendo. No entiendo la relación entre hermanos. De todas las relaciones humanas es la menos comprensible para mí. Tal vez sea una tara mía.
(Pausa larga)
-¿Te hubiera gustado tener una hermana?
-¿En vez de ti?
-No, aparte de mí.
-Tal vez, ahora que lo pienso no hubiera estado mal.
-¿Por?
-No sé, las amiguitas, el toque femenino, lo mixto, no sé.
-¿Y en vez de mi?
-No, en vez de ti no. ¿Y a ti?
-No.
(Pausa)
-Bueno, no ha estado mal. Hemos hablado un buen rato.
-¿Tú crees?
-Puede que no nos hayamos dicho mucho, seguramente no nos hemos dicho nada.
-Puede.
-Pero de algo habrá servido, digo yo.
-¿Tú crees?
-Digo yo.
-Para ser la primera vez…
-Podríamos haber llegado más lejos…
-Sí, más allá, más profundo…
-Pero tal vez sea imposible…
-Sí…
-Porque somos hermanos y…
-Ya está todo dicho, ¿no?...
-Desde siempre…
-¿O no?...
-Para ser la primera vez…
-No, no ha estado mal.
(Pausa larga)
-Odio ser hijo único.

REPROCHES ENTRE HERMANOS I


(Punto de vista I)

No, no es verdad, nunca te preocupó nada de nosotros. Siempre has ido a la tuya. Nunca estuviste cuando se te necesitó. En todas las decisiones sobre el funeral de papá ni siquiera participaste. Y luego, con mamá en el hospital, lo más que hiciste fue llamar. Siempre has hecho tu vida sin pensar en los demás. Cuando mamá se quedó sola, aquí estuvimos nosotros para cuidar de ella. No, tú siempre has ido a la tuya. Hasta cuando éramos pequeños, nunca dejabas que me apoyara en ti, cualquier cosa que te preguntaba ya estabas poniéndome caras y diciéndome que por qué te preguntaba a ti, que te dejase en paz. Tú no tienes ni idea de lo que ha sido de nuestra vida mientras tú no estabas. Ni la has vivido ni quieres enterarte. Qué te importaba a ti, mientras tú no estuvieses... ¿Y sabes qué? ¿Sabes lo más jodido? Que a quien más le dolía todo esto era a mamá. Tú eras su favorito. Desde pequeño. Siempre con Oscar en la boca. Hicieras lo que hicieras estaba bien hecho. ¿Y Mónica y yo? Hasta cuando tú te fuiste pensaba ella que tenía la culpa. Se culpaba de que tú te hubieras ido. Porque creía que había hecho algo mal. Se preocupaba por ti. Y mientras, los que estábamos allí para soportar sus quejas éramos nosotros. No, esta familia no te debe nada. Siempre has pensado que eras mejor que nosotros, más libre, que éramos unos mediocres que habíamos elegido la vía más cómoda. Mirando por encima de los demás como si fueses alguien especial. Estoy harto. No te importa una mierda cómo estén los demás. Mamá te necesitaba. Pero no preguntaste, no te importó. Y a pesar de todo eso, siguió aceptándote sin decir nada. Pero daba igual. Cada vez que había un problema tú desaparecías. Y cuando te volvíamos a ver, nos reprochabas que te dijésemos cualquier cosa, decías que todos tenemos derecho a hacer lo que nos venía en gana, que cada uno elige. Bien, pues tú ya elegiste...
Te echaba de menos ¿sabes? Al principio, cada vez que me encontraba con un problema, intentaba pensar en qué hubieras hecho tú para solucionarlo. Creía que tú volverías para solucionarlo todo, que volveríamos a estar juntos. Hasta que dejé de pensarlo... Y sólo te odié. Te odié durante mucho tiempo ¿sabes, Oscar?. Ya no. Ahora sólo te he olvidado.

(Punto de vista II)

Para mí fue muy difícil. De alguna manera no soy muy consciente de esos años. Hacía las cosas... como por impulso, porque sentía la necesidad de hacerlas, sin pensarlas. También a mí me dolió. En esos momentos, todo el mundo me miraba, como si yo supiese lo que tenía que hacer. No entendían que yo estaba igual o peor que ellos. Y no podía hacer nada. Estaba paralizado. Después de la muerte de mi padre algo dejó de tener sentido. El motor natural de las cosas se había roto, había dejado de funcionar. Me gustaba la libertad que me daba el sentirme protegido, el no tener que preocuparme de nada. Pero todo eso se rompió. Y llegó el silencio, el miedo. El miedo se apoderó de nosotros, de cada uno de nosotros. Y mamá lloraba. Cada vez que hablaba con ella, sentía la súplica en sus ojos, buscando un resquicio en la realidad por donde pudiera fugarse. No, Mario, yo hice lo que tenía que hacer. Me daba miedo volver a casa para encontrarme naufrago, perdido en una isla donde nadie se preguntaba qué hacia allí. Tú y Mónica tampoco teníais respuestas, pero tú eras fuerte. Yo te miraba. Sabía que lo que tú necesitabas era sentirte aún más fuerte, siempre estabas midiéndote, en los juegos, en las conversaciones. Yo no quería luchar, no tenía ganas. Para mí fue la única salida posible. Más tarde comencé a sentirme culpable. Pero no había vuelta atrás. Cada vez que volvía a casa mamá siempre me estaba recordando lo buen hijo que era, todo lo orgullosa que se sentía de mí, pero nunca me dejaba contarle lo que hacía o en qué andaba, siempre volvía al pasado. Nunca hablaba de cuando yo me fui, ni dejaba que yo hablase de ello. Y si lo hacía, entraba en un llanto mudo y volvía a mirarme con esos ojos de súplica, llenos de recuerdos y de esperanza rota, y me agarraba de la cara y me besaba en los ojos y en los labios... Cuando murió papá, no sé por qué, yo, en cierta manera, morí con él. Tuve que salir de aquí para encontrarme...
Sé que no lo entiendes, ya me lo has dicho muchas veces. Y de todas maneras, da igual. Yo no te debo nada y tú a mí tampoco. Mientras mamá vivió, ella nos mantuvo unidos. Ahora es distinto. Yo te sigo queriendo, Mario. No importa lo que pienses, para mi seguís siendo la única familia que tengo...

PIMPINELA. LA FAMILIA